miércoles, 25 de marzo de 2009

Oslo tendrá autobuses alimentados con las heces de sus ciudadanos


Oslo tendrá en septiembre 80 autobuses alimentados por las heces de sus habitantes. Las contribuciones serán anónimas. Las dos plantas que tratan las aguas residuales de la capital noruega recogerán el gas metano que desprende la fermentación natural de las deposiciones. Al autobús sólo llega después un metano libre del pasado y revestido de inocencia química.

La medida ahorra emisiones, porque el carbono del CO2 que se emite al quemar el metano en el autobús proviene de las heces, y por tanto de la comida, y por tanto de las plantas que fijan el CO2 atmosférico (el balance neto de carbono es cero). Pero además evita que el propio metano de los detritos se escape a la atmósfera, como ocurre en todas partes menos en Oslo. Y sale 40 céntimos más barato que el litro de diésel.

Más cerca en varios sentidos, el Ayuntamiento de Alicante acaba de instalar 26 contenedores para que los vecinos depongan su fritanga. El aceite refrito sigue sirviendo como fuente de energía mucho después de haberse convertido en un peligro alimentario, y deshacerse de él resulta un engorro en cualquier caso.

Una ventaja de la fritanga es que no hay que inventar ninguna técnica nueva. El biodiésel actual ya se obtiene refinando aceites. Por lo general, provienen de campos de cultivo -palma, coco, soja, colza y aguacate sembrados con ese propósito-, pero el método se va aplicando a pequeña escala para reciclar aceites usados. El producto sirve para sustituir al gasóleo en los motores diésel. Y a nadie se le ha ocurrido venderlo.

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