sábado, 29 de noviembre de 2008

Científico galardonado


Con sólo 34 años, Ángel López-Urrutia Lorente es investigador titular en el Centro Oceanográfico de Gijón y acaba de ser galardonado con el Premio Internacional al Mejor Científico Joven que otorga la red Euroceans. 160 investigadores de 66 centros radicados en 25 países han reconocido su trabajo en el desarrollo de modelos que permitan predecir el impacto del cambio climático en las comunidades oceánicas.

-¿Por qué le han concedido este premio internacional? -Por el conjunto de mis investigaciones. Trabajo con el plancton marino y analizo cómo los cambios de la temperatura de los océanos afectan a su capacidad para absorber el CO2.
-¿Cuáles son sus conclusiones? -Lo más destacado de mis estudios fue publicado en artículos en 2006 y 2007 y muestran que con el incremento de la temperatura la capacidad del plancton para absorber el CO2 disminuye. Se trata de un trabajo a escala global, ya que el cambio climático hay que analizarlo en ese ámbito.
-¿Cómo analiza los datos? -Desarrollo un modelo y una teoría que después valido con datos de todo el planeta. La red Euroceans permite compartir datos. -Según su experiencia, ¿es cierto que existe un cambio climático? -Existe unanimidad en la comunidad científica de que está habiendo un cambio en el clima, pero es que siempre cambió.
Lo difícil es saber si ese cambio tiene origen en el comportamiento del hombre. Existe una gran certeza de que es así, porque esos cambios son extraños y es imposible explicarlos sin la actividad del hombre.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

"CUANDO LA NATURALEZA SE CONVIERTE EN DINERO, LLEGA LA DESTRUCCIÓN"

En la edicion digital de EL MUNDO, aparece esta entrevista a Wangari Maathai. Supongo que nunca habréis oido hablar de ella, asi que os recomiendo que leais detenidamente lo que dice, porque es una mujer que no tiene desperdicio.

Rebelde y guerrera inagotable, bióloga de formación, la keniana Wangari Maathai no parece conocer la derrota. Perseguida durante años por su Gobierno, encarcelada varias veces y amenazada, no obtuvo reconocimiento en su país hasta que fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2004
Por entonces llevaba ya décadas dedicándose a una revolución muy personal: la lucha por recuperar los paisajes de su infancia. En todos sus combates se ha valido de las armas que mejor domina: la palabra y la persistencia. Y como herramienta, un puñado de semillas para lo que ha sido su estandarte, el Movimiento del Cinturón Verde (MCV. 'www.greenbeltmovement.org'), con el que ha plantado más de dos millones de árboles. En 2006 lanzó con la ONU la campaña mundial de los mil millones de árboles para luchar contra pobreza, la desertificación y el cambio climático.
PREGUNTA.- ¿No puede haber desarrollo sin una buena gestión de los recursos naturales?
RESPUESTA.- Claro que es posible desarrollarse, pero no sería sostenible. Sería un desarrollo que al cabo del tiempo se desmoronaría y no podría continuar sosteniendo a la población.
P.- ¿Qué viene antes, la pobreza o la destrucción del medio?
R.- En África, el significado de la palabra pobreza es relativo. La gente cree que es pobre porque no tiene televisión, porque no tiene materiales tecnológicos modernos que se compran con dinero. Pero si piensan en cómo eran antes de que los aparatos tecnológicos llegaran a su país, entonces verán que tenían comida y un lugar donde refugiarse. Es verdad que no tenían una educación formal, pero tenían su educación tradicional y una buena calidad de vida. Y no se consideraban a sí mismos pobres. Pero ahora viven en un mundo gobernado por el dinero y el comercio, y porque no tienen dinero los percibimos como pobres, y ellos también se consideran a sí mismos pobres. Cuando la gente alcanza ese punto, utiliza los recursos primarios del medio ambiente para conseguir ese dinero. Y a veces sobreexplotan el entorno con el fin de obtenerlo. Y ahí es donde la pobreza empieza a causar la degradación ambiental.
P.- ¿Cree que la llegada del hombre blanco fue clave en la destrucción de la naturaleza de Kenia y de África en general?
R.- En cierto modo, la llegada de la civilización occidental y su estilo de vida fue positiva porque proporcionó habilidades como saber leer y escribir. Pero también introdujo un nuevo concepto de los recursos primarios como el bosque o la tierra. Estos recursos se convirtieron en valores monetarios. Hemos destruido nuestro medio ambiente porque queremos ser más como Occidente, y podemos culpar a Occidente pero desafortunadamente es porque no hemos sido capaces de sincronizar el estilo de vida occidental y la gestión sostenible de nuestros recursos. Tenemos que aprender, pero es muy difícil aprender porque el estilo de vida occidental no fomenta la gestión sostenible de los recursos, sino su explotación.
P.- ¿Cómo conseguir ese desarrollo sostenible?
R.- Tenemos que estar dispuestos a aprender. Ahora podemos aprender de Occidente, porque Occidente ya aprendió de sus errores según se fue desarrollando, sobre todo cuando introdujo la industria y explotó sus propios recursos y los recursos de otra gente para desarrollarse. Y si nosotros queremos aprender de Occidente, no podemos seguir sus mismos patrones de desarrollo. Pero debo reconocer que es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Y en parte es porque nosotros miramos a Occidente en busca de un modelo de desarrollo, queremos disfrutar de su misma calidad de vida. Haría falta un cambio de mentalidad para replantearse el desarrollo y no hacer una copia exacta del modelo occidental, al menos no el industrial.
P.- ¿Y cómo escapar de esos modelos tan globalizados?
R.- Tenemos que continuar educando. Porque necesitamos una masa crítica de gente en todo el mundo que se niegue a aceptar ciertas cosas que se hacen contra el medio ambiente. Hoy en día hay muchas cosas que no aceptamos cuando se hacen contra las personas, contra los derechos humanos, como la esclavitud. Esas cosas las consideramos abominables. Ahora tenemos que conseguir que el medio ambiente también llegue a ese punto con cosas como talar los árboles innecesariamente, plantar los árboles equivocados en los lugares equivocados, destruir bosques que están muy lejos de nuestros países sólo porque están lejos en lugar de apreciarlos y valorarlos por lo que significan globalmente. Cuando tengamos a suficientes personas en el mundo que valoren estos bienes comunes, tendremos una conciencia que será la que proteja el entorno.
P.- ¿Qué opina de los alimentos transgénicos (OGM)?
R.- Los OGM pueden acabar con la biodiversidad, y de todos modos no servirían de nada si no hay un buen gobernante. El problema es que aquí en África a veces la gente que promueve los OGM viene con mucho dinero y convence al presidente de que, porque tienen mucho dinero que ofrecer, los OGM deberían ser introducidos incluso cuando no hay leyes locales que protejan a las personas. El MCV tiene una campaña para animar a los agricultores a aliarse con la naturaleza en lugar de matarla.
P.- Con el MCV ha querido dar un valor real a los árboles y convertirlos en herramientas para la paz. ¿Considera que ha logrado sus objetivos?
R.- No he logrado mis objetivos. Hemos hecho muchos progresos, especialmente en el área de concienciación, pero tenemos aún mucho que hacer, sobre todo en hacer que el Gobierno considere prioritario el medio ambiente africano.
P.- ¿Tiene intención de expandir el MCV por el mundo?
R.- Sí, queremos compartir un concepto muy sencillo: que cualquiera puede cuidar del medio ambiente, esté donde esté.
P.- ¿Qué le supone un árbol?
R.- Para mí es un signo de esperanza. Un árbol empieza con una semilla muy pequeña y crece y se convierte en un árbol grande, y eso me da esperanza.

¿Qué os ha parecido? Suele pasar que no eres nadie hasta que no te conceden un premio, ¿verdad?
¿Estais de acuerdo con sus comentarios? Os animo a participar

jueves, 20 de noviembre de 2008

España no reduce sus emisiones de Dióxido de Carbonbo

España es el país de la UE que más ha aumentado sus emisiones de CO2

(Noticia extraída del diaro El Mundo)

Protesta de la organización ecologista Greenpeace contra las emisiones de CO2 en la planta de E.ON en Grosskrotzenburg (Alemania). (Foto: REUTERS)

Protesta de la organización ecologista Greenpeace contra las emisiones de CO2 en la planta de E.ON en Grosskrotzenburg (Alemania).

MADRID.- España sigue estando a la cabeza de los países incumplidores del Protocolo de Kioto. Según las cifras que acaba de divulgar el secretariado del Convenio de Cambio Climático de la ONU, nuestro país, con un 50,6% más de emisiones que en 1990, es el que más se aleja de los objetivos en la UE. En la lista mundial de los 40 países industrializados es superado únicamente por Turquía, que supera las emisiones del año base en un 95,1%.

Las cifras corresponden al año 2006, cuando en España hubo un pequeño retroceso en las cifras de emisiones. Pero como en 2007, España volvió a aumentar sus emisiones hasta un 52%, el incumplimiento es aún mayor. Este año, sin embargo, según los primeros registros parciales las emisiones de gases de efecto invernadero han vuelto a disminuir.

«Son datos malos para España. Si el Gobierno dice que quiere estar en la cabeza de la lucha contra el cambio climático, debe de hacer algo más que declaraciones y pasar a la acción», señaló a elmundo.es Mar Asunción, responsable del Programa de Cambio Climático de WWF.

Según la ONU, los 40 países más industrializados del planeta han aumentado las emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2) un 2,6% con respecto al año 2000. El registró mundial de estos 40 países indica que emitieron en el año 2006 18.000 millones de toneladas de carbono equivalente.

Esta cifra deja el registro mundial en un descenso de emisiones con respecto a 1990, de un 4,7%. Es una cifra cercana al 5,2% que los países industrializados que ratificaron el Protocolo de Kioto se comprometieron a recortar entre 2008 y 2012.

No obstante, las cifras globales han experimentado un repunte con respecto a la pasada década, que se atribuye en parte a la mayor actividad industrial de los países de la antigua esfera soviética. Todos ellos han experimentado significativos repuntes después de comienzos de siglo, aunque todavía este conjunto de países mantienen sus emisiones en torno a un 30% menos que en 1990.

El secretario de la Convención de la ONU, Yvo de Boer ha declarado que «las tendencias de las emisiones mundiales siguen siendo una causa de preocupación y una señal de que se necesita una acción política urgente».

jueves, 13 de noviembre de 2008

Embalses españoles

Aqui podéis ver el estado de los embalses españoles totalmente actualizado. Si os interesa la cantoidad de agua que existe embalsada en tu región, echa un vistazo a esta web

http://www.embalses.net/?Origen=AdWords&gclid=CKHRs5jV8pYCFQaT1Qod6XQCXw





martes, 11 de noviembre de 2008

Adiós a la Costa Cantábrica

Observa este enlace de un foro de expertos que han realizado un estudio del Mar Cantábrico y como afectará, según sus cálculos, a la costa norte española


http://foro.artedos.net/viewtopic.php?t=1840

lunes, 10 de noviembre de 2008

Olas gigantes



MADRID.- Investigadores del Instituto de Hidráulica Ambiental (IH Cantabria) han realizado un estudio sobre el oleaje extremo en las costas norteamericanas del Pacífico norte, en el que se pone de relieve que la olas de los temporales más grandes han subido de tamaño un mínimo de 1,5 metros en los últimos 23 años, en parte debido al cambio climático.

Para ello, los científicos analizaron los registros de 26 boyas situadas en toda la costa oeste de Estados Unidos y Canadá, Hawai y Alaska durante el periodo 1985-2007.

Con estos datos han elaborado un novedoso análisis estadístico de extremos, que permite modelar la variabilidad climática que influye sobre el oleaje, y que sirve de base para la mayor parte de los estudios sobre cambio climático que se están desarrollando en el IH Cantabria, de la Universidad de Cantabria.

El estudio, que será publicado este mes en la revista 'Geophysical Research Letters', es fruto de la tesis doctoral de Melisa Menéndez, dirigida por los profesores Íñigo Losada y Fernando Méndez.

"No podemos afirmar con seguridad que lo que viene ocurriendo sea debido al calentamiento global, porque necesitamos series de datos más largas. Pero sí se puede decir que el cambio climático podría estar involucrado en parte en lo observado", señaló a elmundo.es Fernando Méndez, profesor del IH Cantabria.

En el análisis se han caracterizado las variaciones estacionales, la influencia en los temporales marítimos de patrones atmosféricos conocidos como el fenómeno del Niño o la Oscilación Decadal del Pacífico, y las tendencias generales durante el periodo estudiado.






Esta información permite analizar tendencias como el incremento o descenso de los temporales, saber si estas tendencias están relacionadas con el calentamiento global y conocer cómo se comportará el clima en el futuro.

Los resultados sobre las variaciones a lo largo de años y décadas revelan una influencia muy relevante del fenómeno del Niño, así como de otros patrones climáticos extratropicales, en los valores extremos. Para algunas boyas analizadas, estas situaciones provocan un aumento en el oleaje de hasta 1,5 metros.

El análisis de las tendencias a largo plazo indica que existe una zona bien definida de incremento en la altura de la ola extrema. Se trata del área costera del oeste de Estados Unidos, es decir, la de los estados de Washington, Oregón y California, donde se han registrado unos incrementos de entre el 5% y el 21%.

En la boya situada frente a la costa de San Francisco, la ola extrema ha aumentado de 7,5 metros a más de nueve metros en los últimos 23 años. El incremento de las olas y de su fuerza al chocar contra el litoral influye directamente en las obras situadas junto a la costa. El diseño de las obras marítimas, el riesgo de inundaciones y la propia erosión en la costa obligarán a replantear cualquier proyecto.

Además del incremento del tamaño de las olas extremas, también hay un incremento en la intensidad y frecuencia de los grandes temporales. También en este caso no se descarta la implicación en parte del cambio climático.

Los análisis de los investigadores de IH Cantabria se basan en cuatro fuentes distintas de datos: boyas, datos de los barcos en ruta, simulaciones numéricas y datos de satélite. Algunos de los datos tienen ya 60 años de vigencia, mientras que los de satélite están disponibles con fiabilidad desde 1992, aunque en el presente son excepcionalmente fiables, según Méndez.

El IH Cantabria ha sido elegido por la ONU como centro de referencia a escala mundial para el Programa Nairobi, recientemente lanzado para estudiar los impactos del mar en la costa en cualquier parte del globo, para hacer evaluaciones del cambio climático en la superficie del mar, de los que no existen proyecciones como las realizadas por el IPCC para tierra.

Además, participa en proyectos de investigación como GRAGGCIE, del Ministerio de Ciencia e Innovación, en el que 13 centros españoles buscan la respuesta de esos impactos en el litoral de la Península y los dos archipiélagos en este siglo.

Los investigadores de IH Cantabria han contado con la colaboración del investigador Nick E. Graham, de la Universidad de California (Scripps Institution of Oceanography). Los resultados han llamado la atención del canal de divulgación Discovery Channel, que ha contactado con los investigadores para conocer más a fondo el trabajo.


Responde a estas cuestiones:

1. ¿Consideras que las olas pueden constituir un riesgo geológico?

2. Busca información acerca del fenómeno de El Niño.

3. ¿Consideras importante la frase "necesitamos series de datos más amplias"? ¿Por qué?

Manda tus respuestas al email: oscar_hl@yahoo.es y escribe en este blog todas tus opiniones.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Adios a los Cedros


1 de octubre de 2008.- Hubo un tiempo en que los árboles, y por encima de todos los cedros, hacían del Líbano uno de los principales pulmones de Oriente Próximo. La vegetación cubría las montañas de Monte Líbano, haciéndolo un lugar tan abrupto que las minorías buscaban refugio en su intrincada topografía cuando se sentían perseguidas.

Los cedros, orgullo y símbolo nacional de los libaneses, cubrían buena parte del país mediterráneo, así como parte de Siria y el sur de Turquía. Hoy, los incendios forestales y el cambio climático amenazan con dejar al Líbano convertido en puro desierto.

El último y devastador incendio tuvo lugar la pasada semana en las montañas del Chouf, en el centro del país. El descuido de un agricultor generó un fuego en Dibbiyeh que, en cuestión de horas, devoró 500 hectáreas, produjo tres heridos y provocó la evacuación de decenas de familias y de los estudiantes de la cercana Universidad Arabe. "Y se logró apagar gracias a una coincidencia, como suele ocurrir", se lamenta George Mitri, coordinador de la Asociación para la Conservación y el Desarrollo de Bosques del Líbano (ACDB). "Gracias a que comenzó a llover, porque si hubiese dependido de los bomberos seguiría ardiendo. Su acción contribuye pero nunca es definitiva".

La falta de equipamiento para combatir los incendios, que este año ya han devorado 1.400 hectáreas de terreno en un país de 10.400 kilómetros cuadrados, sumada a la falta de prevención y el calentamiento global hacen de la situación algo dramático. "En los años 70 teníamos un 30% de superficie verde; hoy sólo queda el 13%", explica Mitri. "Sólo el año pasado perdimos un 2,5% de nuestros bosques. Si no hacemos nada para evitarlo, en 10 años no quedará ni un solo árbol".

Es el peor de los escenarios pero no debe descartarse tras lo sucedido en 2007, cuando en un solo día ardieron 1.200 hectáreas de terreno arbolado, lo mismo que suelen desaparecer al año. El 2007 supuso un punto de inflexión. Las llamas devoraron 4.031 hectáreas. "El problema es que no existe prevención ni conciencia social del problema. Por eso más del 80% de los bosques están en peligro, sobre todo ahora que el cambio climático implica largos periodos de sequía", prosigue Mitri.

El calentamiento global sólo ha empeorado la situación. En la ACDB han constatado que los fuegos comienzan ahora en abril, en lugar de junio o julio, como ocurría hace años, y la combinación de escasas lluvías y fuertes vientos alimentan las llamas incluso en octubre o noviembre. El incremento de la temperatura implica que la tierra pierda humedad y convierte a la maleza, que a diferencia de décadas atrás ya no es limpiada por los lugareños, en la mecha perfecta para arrasar los bosques.

Estado de emergencia

"Hay que declarar un estado de emergencia medioambiental", exige el responsable del Partido Verde, Philippe Skaff. "El Estado debe trazar una estrategia para proteger las zonas verdes y promover la reforestación". Precisamente tras el incendio de Dibbiyeh –declarada zona catastrófica, el ministro del Interior, Ziad Baroud, convocó una conferencia llamada 'Siempre Verde' destinada a recaudar 25 millones de dólares para comprar dos hidroaviones –hasta ahora se emplean los helicópteros del Ejército, no aptos para cargar agua-, dos vehículos aptos para el monte y equipo básico contra incedios, desde hachas y mangueras hasta trajes inífugos. Sólo recaudó 10 millones, ocho cedidos por el líder suní Saad Hariri, una cifra insuficiente para terminar con imágenes como las tomadas en Dibbiyeh, donde los voluntarios trataban de extinguir las llamas en camiseta y con cubos de plástico.

"Los coches de bomberos no pueden circular en el monte y además hay otro problema añadido: las minas", incide Mitri. Los bombardeos israelíes de 2006, que extendieron cuatro millones de submuniciones de bombas de racimo –de facto minas antipersonales- por el sur del Líbano vinieron a agravar un viejo problema. Las minas terrestres de conflictos pasados convierten los bosques en tierra de nadie y, en muchas ocasiones, los incendios las detonan multiplicando la devastación.

"Muchas veces no se puede entrar a apagar los fuegos. Nos limitamos a mantener la distancia y rezar por un milagro como las lluvias", continúa Mitri. "Las tareas de desminado se concentran en núcleos urbanos; hasta que no lleguen al campo todos tendremos miedo de adentrarnos en los bosques".

De esta apocalíptica escena sólo una especie sobrevive, por el momento, a la amenaza de extinción: el Cedrus libani, emblema cultural y orgullo de los libaneses. De hacer caso a los primeros escritos, los cedros copaban medio millón de hectáreas hace dos milenios. Egipto, Mesopotamia, Fenicia, Asiria, Babilonia, Persia y Grecia empleaban su preciada madera para erigir templos y palacios. Hoy en día, tras siglos de tala y urbanización, sólo quedan 2.000 ejemplares en algunas reservas naturales como las de Besharra, Chouf o Tannourin, y el desafío viene por otros frentes.

Protegidos por ley

"Los cedros están protegidos por ley en reservas naturales por asociaciones locales que realizan un gran trabajo", destaca el investigador del ACDB. Nizar Hani, responsable de la Reserva de Cedros del Chouf, explica que en realidad la mejor protección consiste en su propia peculiaridad. "El cedro libanés sólo crece por encima de los 1.500 metros de altura, lo cual reduce el riesgo de incendios", explica el científico.

Al ser reservas naturales, hay una vigilancia 24 horas al día y están limpias de minas, pero eso no las protege del cambio climático. "Estamos observando las consecuencias del calentamiento global y tememos que afecte a los cedros en varias cosas: la dificultad de regeneración de los árboles, debido a la menor cantidad de nieve que cae cada año, la migración de la especie, por el aumento de la temperatura, y la aparición de plagas".

Hani se refiere a la aparición de una variedad de insecto que hasta ahora se limitaba a los climas nórdicos, el cephalcia tannourinensis, una avispa de la madera que apareció a finales de los 90 en la Reserva de Tannourin. "Comenzamos a observarlo en 1998", explica el experto en Medio Ambiente de Tannourin, Nabil Nemer. "En 2002, ya no nos cabían dudas de que está vinculado al aumento de la temperatura y a la disminución de la nieve. No es un insecto nuevo pero sí es la primera vez que llega a Oriente Próximo, y si en otros lugares aparece cada cinco años aquí lo observamos cada año".

La consecuencia es que las hojas nuevas de los cedros son devoradas por la plaga. "Estoy seguro al 99% de que es consecuencia del cambio climático", dice Nemer.

Con los acuíferos mermados por el calentamiento global, la situación en las reservas es preocupante. En el resto de los bosques, carentes de atención especializada y del apoyo político, es dramática. "La progresiva desertificación pone en riesgo la principal reserva verde de la región", arguye Mitri.

La reforestación es insuficiente y jamás podrá compensar el bosque quemado, como explica el ciéntifico de la ACDB. "En 2007, en sólo tres días se quemó el equivalente a todo lo replantado en los últimos 17 años". De ahí que todas las campañas civiles se centren en mentalizar a los libaneses de que el monte es responsabilidad de todos. "No hay ninguna conciencia social. Nuestro símbolo, la herencia de nuestros antepasados es precisamente un árbol. Si queremos estar orgullosos de él, debemos preocuparnos", concluye Hani. En caso contrario, habrá que eliminar el cedro de la bandera libanesa.

¿Dos planetas?

La Humanidad necesitará dos planetas en 2030 para mantener su nivel de consumo

  • Cada español consume tres veces por encima de la capacidad biológica de este país
  • La huella hídrica de España es la quinta mayor de la Tierra
El consumo de carne en China ha disparado su huella ecológica. En la imagen, ovejas en el mercado de ganado de Kashgar. (Foto: Diego Azubel)

El consumo de carne en China ha disparado su huella ecológica. En la imagen, ovejas en el mercado de ganado de Kashgar. (Foto: Diego Azubel)

MADRID.- Estamos en números rojos. La cuenta corriente de los recursos naturales que posee la Tierra tiene un déficit de un 30%, el porcentaje en el que la demanda de la Humanidad ha superado la capacidad de abastecimiento del planeta. De seguir así, a mediados del año 2030 serán necesarios dos para mantener el estilo de vida. Pero no los hay.

Esta es la conclusión a la que ha llegado la organización WWF/Adena en su último 'Informe planeta vivo', que hoy se da a conocer y ha sido elaborado junto con la Sociedad Zoológica de Londres y la Red de Huella Global.

El análisis tiene en cuenta dos factores: por un lado, el índice planeta vivo (IPV) refleja la situación de las especies animales como marcador de la biodiversidad. Y ahí los datos son desastrosos: en 30 años han disminuido un 60% en los bosques tropicales, sobre todo en la última década por culpa de los biocombustibles y la demanda de madera.

En ese mismo tiempo, las aves han desaparecido un 20% y uno de cada cuatro mamíferos está en riesgo de extinción, como ya reflejaba la 'Lista Roja' de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) de este año.

Por otro lado, en el documento se mide la huella ecológica, es decir, lo que cada habitante necesita para tener cubiertas sus necesidades. Y ahí nuestro país ocupa el número 12 del ránking mundial.

«Eso supone que necesitaríamos tres 'Españas' para abastecernos, y eso es una barbaridad», señala Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF/Adena. En el caso de la huella hídrica, la situación aún es peor: España está en el quinto puesto, principalmente por el consumo de productos que requieren mucha agua (frutas, soja para alimentar el ganado, etcétera) y es un recurso que no tenemos y que importamos de países tropicales.

Los embalses y presas (hay 45.000 en el planeta), los trasvases, la contaminación de las aguas y la sobreexplotación pesquera (que ya afecta al 75% de los caladeros mundiales) son otros factores que están afectando a la vida del planeta."A este ritmo la pregunta es qué vamos a dejar para las generaciones del futuro", plantea Del Olmo.

A nivel mundial, la situación no es mejor. Si la capacidad del planeta de absorber el consumo individual es de 2,1 hectáreas (ha.) por persona, la media actual está ya en 2,7 ha. Y no en todos los lugares es igual: en Estados Unidos cada ciudadano requiere 9,4 ha. y en España 5,7 ha. Sin embargo, en Congo, que tienen hasta 13,9 ha de biocapacidad por su riqueza en recursos naturales, la huella biológica no llega ni a media hectárea por persona.

Es más, sólo ocho países (Estados Unidos, Brasil, Rusia, China, India, Canadá, Argentina y Australia) tienen más de la biocapacidad mundial, pero tres de ellos (EEUU, China e India) son deudores.

James Leape, director general de WWF, señala que aunque «el mundo está preocupado por la crisis financiera, lo que realmente amenaza a la sociedad es la crisis del crédito ecológico». No obstante, es una situación reversible si se toman las tres medidas que enumera Del Olmo: «La primera, reducir el consumo, luego ralentizar el crecimiento de la población mundial y la tercera, tener una mayor eficiencia en el uso de los recursos».