Hoy está de moda el tema de eliminar el CO2. Muchos son lso que dicen que hay que eliminarlo cerca de los focos emisores o sino, reducir su emisión. Estoúltimo está bien, pero también se puede uno deshacer de C02 dichoso de ota forma:
en casa ( según Andrés Pulgar de la Universidad de Oviedo)
«Primero, se hace borbotear aire a través de una disolución concentrada de hidróxido sódico entonces el CO2 se transforma en carbonato, que ya no es un gas, y se hace precipitar como carbonato cálcico. Para lograr ese precipitado se añaden sólo unas gotas de cloruro cálcico. Y ya está. Se trata en todo el proceso de compuestos comunes que están en la industria y a costes razonables. El resultado final es carbonato cálcico, que es, por ejemplo, de lo está hecho el Naranjo de Bulnes. Efectivamente, es un material inocuo. Se puede almacenar o sencillamente tirar o hacer lo que se quiera. Hasta una montaña se puede hacer con ese residuo y, en cualquier caso, es útil para muchas cosas».
Visto así, ¿qué es entonces lo que está ocurriendo? Pulgar es rotundo: «No existe el efecto invernadero. La prueba es que desde hace cuatro o cinco años se dejó prácticamente de hablar de ese fenómeno ya que suena a calentamiento de la Tierra, y el año pasado y éste está lloviendo fuertemente y hace un frío tremendo. Por eso los partidarios de secuestrar el CO2 han variado la jerga y hablan ahora de cambio climático. Bueno, el clima siempre cambia. Lo que está detrás del concepto de cambio climático que manejan es la guerra contra el carbón».
Como añade Pulgar, «
a día de hoy hay reservas de carbón para 350 años. Y es razonable pensar que lleguen a ser aun superiores. Pero al insistir en los supuestos problemas del CO2 ligados al carbón se deja al carbón fuera de juego. Mientras tanto, otras energías ganan mucho terreno y no digamos las renovables, que no las critico, pero son carísimas. Cuando se ponga claro en el recibo de la luz lo que suponen, se arma. Los promotores de las renovables son como los directores del cine español, todo depende de las subvenciones, aunque nadie vea las películas».
El profesor de Minas insiste en que «lo que está detrás de todo esto es la guerra del gas contra el carbón. Viene de antiguo. El carbón superó primero el problema de las cenizas volátiles, que ahora se evitan con filtros cerámicos; después superó el problema de la lluvia ácida, con técnicas de lecho fluido, de la que no se ha vuelto a hablar, y ahora plantean el del CO2, es el tercer gran ataque. Ojo, que el gas natural también produce CO2».
Como veis, hay opiniones para todos los gustos. Ahora está de vuestra mano formaros, e informaros y así sacar vuestras propias conclusiones. Ya sabéis que
cuanta más información tengais, mejores serán vuestras decisiones
