Esta afección tiene varias fases. Tal y como señala Ricardo Suárez Fernández, dermatólogo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, "comienza con un enrojecimiento en forma de anillo que se acompaña de un cuadro de síntomas característicos de la gripe. Después, pueden aparecer signos de meningitis, manifestaciones cardiacas, se produce daño en las articulaciones e incluso aparecen áreas de piel atrófica (epidermis débil y con más posibilidad de lesionarse)".
Se registran casos en Europa, Asia, Australia y especialmente en el norte de América. Según la revisión publicada en 'Canadian Medical Association Journal', están aumentando los casos y un claro ejemplo de ello es Canadá, donde se han identificado nuevas zonas endémicas. "Esto se debe a la expansión de las garrapatas de los ciervos ('Ixodes scapularis') en las provincias del este y del centro de América del Norte, un proceso que se acelera con el cambio climático".
Aunque en España no es tan frecuente como en Estados Unidos, "sí se registran casos de este tipo, sobre todo en zonas como Asturias o la Rioja. El clima, la humedad y la existencia de animales que actúan como reservorio son factores que propician estas infecciones"