Así se presentó en Sevilla el proyecto Ecofa, un biocombustible de segunda generación, que tiene su origen en las patentes de Francisco Angulo Lafuente, un madrileño de 31 años, que ha registrado internacionalmente el proceso biotecnológico para conseguir un combustible a partir de los restos y desechos orgánicos (basuras domésticas, aguas fecales, despojos animales, etcétera), con unos rendimientos de laboratorio de un litro por cada 10 kilos de materia orgánica.
Según explicaron ayer los responsables del proyecto, se ha conseguido constatar la base científica del Ecofa como biocombustible y un informe de viabilidad del uso de bacterias biogeneradoras. A partir de ahora, se inicia la fase de desarrollo industrial, que esperan concluir en un año y medio, y para lo que tramitan ayudas de la Junta de Andalucía.
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